Todos sabemos que la lluvia tiene connotaciones tristes, más que saberlo, lo sentimos. Si hay lluvia, generalmente, no hay sol...
Pensad en si alguna vez habeis dibujado un sol con la cara triste.
Seguro que todos hemos querido alguna vez a alguien que no podemos tener. Y no quiero hacer un texto tópico, lleno de frases tópicas acerca de: soledad, desamor, tristeza...
No me sale. Creo que la mayoría sabemos lo que se siente, todos sufrimos por amor de la misma manera aunque lo esprasemos (o no) según nuestro temperamento.
La sensación es universal.
Aunque diga que me he rendido, es mentira. El amor sigue ahí y no se irá, yo lo sé aunque creais que estoy loca, tonta o ciega. Forma parte de mi y estará en mi mientras yo esté. Más de mil cuatrocientos días con sus respectivas noches, sin restar uno, corroboran este razonamiento. A día de hoy (perdí la cuenta) no he perdido un ápice de mi intensidad. A pesar de todo...
Pensar que es la razón de mi vida si que roza la locura. No es cierto, no lo es. No pienso convertirme en un ser taciturno, sin nada más que pensar, que soñar, que sentir. No.
Te quiero pero te aparco.
No voy a permitir que mi vida se tuerza, es más, voy a enderezar lo que ya se torció, incluso algunos de mis huesos (y eso si que duele!).
Sentimientos como la envidia, los celos, el fracaso y el odio, esos que se instalan en el estómago, irán quedando atrás porque tengo muchas cosas que hacer y muy poco tiempo.
Arco iris:
Arco de colores que a veces se forma en las nubes cuando el Sol, y a veces la Luna, a espaldas del espectador, refracta y refleja su luz en la lluvia.
Todos sentimos la lluvia de una forma triste, pero sin la lluvia y las condiciones necesarias, nunca podríamos ver el arco iris, un fenómenos ánte cual es dificil quedar indiferente.
Si hay cara, habrá cruz. Si hay blanco, habrá negro... siempre.
No pasa nada.
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