jueves, 19 de febrero de 2009

como los trileros

Debajo de mi mesa sudan los manteles,
si me echan las cortinas rompo los rieles,
y sube un martinete por las escaleras,
más fino que el coral para que tú me quieras,
y mientras tanto se va anegando el día,
resuena el fuelle con la mirá perdía,
y pongo el cazo para achicar porquería,

si voy cuesta arriba, tú me agarras,
y otra vez le meto mano al suelo,
con saliva en los dedos, como los trileros,
y me llevas a coger chatarra
de ésa que hay tirada por tus sueños,
con un ojo en la espalda, como los trileros.

si el cielo me ata corto, ladran los chuqueles,
culeo, me encabrito, rompo los reteles,
y tápiame la playa y cemento a la arena,
si mi buenaventura nunca fue tan buena,
y los sudores afilando alicates,
pal calorcillo, que no hay quien los desate,
y apaño miga sin que la vida me mate.

y esconde la sorna, el manró y los jurdeles,
si vienen los payos, los picos, las leyes,
cucharas que nos guardan en la estaribel,
respeta a tus batos y nunca les bailes
el agua a otras manos,
ni bebas los mares por nadie
que a sangre te quiera beber,
por nosotros no muere undebel,
que no han de cogernos randando sus peras,
y su puta madre que aguante las velas,
que mueran costaleros que quieran coger
nuestros pies de madera
que abrazan las brasas sin nadie que vea
que el día está herido y la noche cojea
y jalea, que les duele vernos recoger
la alegría en puñados de a diez
y con ella saciar el puchero
que el ruido de tripas es un sonajero,
y en cueros, se adormece como un churumbel
el amor verdadero,
que no le hace falta deshojar claveles,
qué vuelen!!, que nos dejen en paz recoger
la alegría en puñados de a diez.

Que no queremos ser tanto.
Queremos vivir en nuestra tierra
agrietada de manantiales cristalinos,
andar un poco más lejos que las fornteras
por la sublime añoranza del regreso.
Que no queremos ser tanto.
Queremos ser un poco de sol y un poco de noche,
queremos ser viento y calma,
tormenta, lluvia y olor de tierra mojada.