domingo, 1 de junio de 2008

no me sorprende


No hay más moral que la de intentar ser bueno... me lo dijo un amigo y me convenció.

Si has hecho algo malo, lo sabes. Y si la escusa para hacer sufrir es tu propio sufrimiento, es por cobardía.
O tal vez porque no sabes hacer las cosas de otra manera.
Es una opción válida, pero la quiero lejos de mi.

Si me apuñalas por la espalda, no es un trofeo noble... esto me lo dijo otra amiga...

Te incomoda las espectativas ajenas y en cambio, tú actuas en función de las que tienes hacia el mundo.
No es justo.

Aceptar a alguien tal y como es y querer sin peros, no es tarea fácil aunque si satisfactoria.
Pero hay que conocer primero, yo creí que te conocía y me equivoqué.

Has obrado y juzgado desacertadamente. Y aunque las relaciones entre los humanos nunca son perfectas, esta vez te has pasado.

Y yo no voy ha hacer nada, solo observo desde fuera y elijo lo que quiero cerca y lo que no.
Si le haces daño a alguien que quiero, me lo haces a mi... Y no se me pasó por la cabeza ni un segundo mediar entre dos, porque en este caso, no vale la pena.

Aunque creas que no, sé distinguir entre las buenas y las malas intenciones.
La tuya fué mala.