martes, 23 de octubre de 2007

perdida


Sé que no haces las cosas con intención de hacerme daño,
el caso es que no hay intención ninguna de no hacérmelo…
Qué estupidez regocijarse uno en sus propias carencias.
Y más gracioso es cuando asumimos como propias las de los demás.
Con asumir las nuestras bastaría.
Pero a veces el ser humano es torpe y no acaba de ver la piedrecita de los cojones…
y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Todo es mucho más simple, segurísimo!
En busca de la misma me hallo, pues mi mente no para ni en pleno orgasmo.
Agotada de mal usar mi energía. Incontrolada.

Sueño mucho con una cosa que no tengo.
Me fabrico un reflejo absurdo que solo puede causarme dolor y me encierro en mi misma y mi mentira. Yo sola.

“De vez en cuando me das lo que me quitas cada día
desvordante de pasión, mi sueño va a la deriva”


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