martes, 21 de octubre de 2008

La autocompasión es una droga dura.

Ya no quiero escribir palabras tristes.


Cuando leo, vienen recuerdos de días pasados... mios y de otros.



" Volví a mi casa andando, arrastrando por las aceras mis pies y mis tentaciones, el dese de abandonar, de dar mi fe por perdida, y la necesidad de seguir deseando, de recordar la esperanza en el hilo delgadísimo que aún sostenía entre los dedos. Las dos opciones eran malas y difíciles... nada era fácil para mí... y sin embargo yo quería creer, quería seguir creyendo. El verbo creer es el más ancho y el más estrecho de todos los verbos, y hasta los condenados a muerte agúzan el oido mientras caminan hacía el patíbulo para dejarse matar esperando el indulto. Cuando me resigné a comprender lo incomprensible... dintinguí un punto de luz en la boca del pozo por el que caía a toda velocidad, y no dejé de verlo ni siquiera cuando conté uno por uno todos mis huesos para comprobar que todos estaban rotos. Fueron días negros, horribles, días pesados y torpes hechos de pesados y torpes segundos de arena oscura, húmeda y sucia, siempre iguales, idénticos en su pesadez, en su torpeza, segundos como eternidades breves, repetidas, el último grano de un tormento insoportable, y de nuevo el último, un grano más, y todavía el último grano, siempre el último y aún otro grano de arena cayendo sobre mi cabeza...
El verbo creer es el más ancho y el más estrecho de todos los verbos, y su imprecisión me apresaba cada tarde en una coraza gris y polvorienta que me cubría con las cenizas de la alegría que había perdido y tal vez nunca hubiera poseido en realidad. Eso sentía, y cansancio, pena de mi misma, más cansancio de compadecerme, aún más pena de estar tan cansada y un gris presentimiento."

El corazón helado.
Almudena Grandes.

1 comentario:

Unknown dijo...

Quiero creer,¡QUIERO CREER!,quier tenr fè,xo q ello no faigam ser inocent,sol màs sabia,y aunq st scritor no ncantem tu blog siempr faem pnsar.1bsìn guap